Así ha sido el acto de conciliación entre Álvaro de Marichalar y la chica de Blablacar
Corto, sin acuerdo y sin la presencia del protagonista de la historia. Así ha sido el acto de conciliación entre Álvaro de Marichalar y Sabina Urraca, la periodista con la que compartió coche mediante ‘Blablacar’ y a la que denunció por contar su vivencia de ese trayecto.
“No hemos llegado a ningún acuerdo, tal y como estaba previsto. Evidentemente, yo he dicho que no le voy a pagar 30.000 euros. Hemos firmado y ahora veremos qué sucede. Si quiere seguir adelante con esto, imagino que me denunciará”, cuenta Sabina a LOOK nada más salir de su cita con la justicia.
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El acto de conciliación ha tenido lugar a las 10:30 horas de este miércoles en el juzgado de primera instancia número 7 de Madrid, donde no ha acudido Álvaro de Marichalar, sino únicamente su letrado.
Álvaro de Marichalar, en una imagen de archivo. / GTRES
“Me han preguntado si me avenía a la conciliación. Yo le he dicho que no me avenía. Me han dicho que por qué y ahí yo he alegado que por motivos que ya explicaría más adelante. Y ya hemos firmado un documento ratificando esta decisión, nos hemos dado la mano con el abogado y nos hemos ido”, narra la periodista.
LOOK también se ha puesto en contacto con el excuñado de la infanta Elena, quien asegura que no ha acudido a su cita porque «estoy en América y para eso están mis abogados».
La periodista Sabina Urraca. / Twitter
Ahora queda esperar si el deportista sigue adelante con el proceso contra la joven. “Imagino que, si es consecuente con sus actos, me denunciará porque no pensaría que en un acto de conciliación le iba a pagar yo 30.000 euros y él se iba a ir de rositas”, confiesa.
Su experiencia con Blablacar
El pasado verano, Marichalar viajó de Soria a Madrid utilizando esta nueva aplicación para compartir coche, y jamás hubiera imaginado que gran parte de lo que ocurrió dentro del vehículo iba a ser publicado por Sabina Urraca, una pasajera más que resultó ser periodista y trabajar para un diario en el que se publicó lo acontecido.
Álvaro entonces le pidió 30.000 euros “alegando daño moral y económico, porque dice que ya no le llaman para dar esas charlas de autosuperación que daba en cárceles, ni del colegio donde también acudía”.